27 nov 2007
CUANDO LA PALIZA DUELE
Los ataques de un ex periodista
A Duarte Frutos le duele la paliza que le ha dado la prensa desde que asumió el cargo. Como venía del "ámbito periodístico", de los pasillos de las redacciones donde usó cuanto medio estaba a su alcance para llegar a su primer objetivo político (entrar a la arena política), pensaba que le iba a ser fácil "manejar" a su antojo a los medios, a los periodistas.
Estaba convencido de que su conocimiento de cómo funcionan las empresas periodísticas, de cómo se mueven las redacciones y los periodistas -periodistas reales, no mercenarios del periodismo- podría lograr que la prensa en sí se volcara a favor de su gestión, sea buena o mala. Lo pensó desde que comenzó a caminar en la política. Estableció así una estrategia antes de asumir el cargo presidencial. Cuando llegó al poder, desplegó su plan, basado en dos grandes campos.
1. La comunicación desde el gobierno. Ubicó a gente con conocimiento sobre comunicación de masas, a periodistas, en puestos claves en las instituciones públicas. Entre ellos estaban algunos trabajadores que ya le habían pasado la mano desde las redacciones y otros que, con derecho, vieron una buena posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.
2. La publicidad desde una agencia. Fortaleció su agencia de publicidad, de la que supuestamente "renunció" como accionista. Sistema 7. Ese es el nombre de la empresa que genera envida en las agencias de publicidad por el volumen de dinero que maneja. Es la firma que tiene el gusto de trabajar con grandes entes en esta era nicanorista. Un solo ejemplo: Itaipú. Con Sistema 7 fue creada una "telaraña de agencias de publicidad" para la distribución de tareas.
El plan era perfecto. Desde las instituciones públicas se manejarían las informaciones para que las noticias sean siempre "positivas" y la telaraña de agencias de publicidad, con Sistema 7 como eje, se encargaría de distribuir los contratos publicitarios para frenar, en gran escala, los temas más pesados.
¿Qué pasó? El periodismo puro, el periodismo de combate, el periodismo en su máxima expresión como contralor público, con sus imperfecciones, no lo permitió.
Por denuncias de la prensa se fueron ministros, viceministros, presidentes de entes, se supo cómo se manejan los fondos de las binacionales, se conoció la fortuna que amasaron varios amigos del presidente, se detalló en cuánto ascendió el patrimonio del jefe de Estado, se advirtió sobre el autoritarismo y se alarmó sobre la violación de la Constitución Nacional. Se denunció la falta de una política social para frenar la migración, se descubrieron negociados con semillas y con dinero de donaciones para viviendas populares. Y más...
Es cierto, Duarte Frutos logró ganar pequeñas batallas comunicacionales, con respaldo de ciertos mercenarios del periodismo incrustados aún en algunos medios y con el dinero estatal trasladado a los medios. Pero no pudo lograr torcer el rol del periodismo. No pudo, sencillamente, porque en Paraguay existen periodistas que aman su profesión, periodistas que no venden su conciencia. No pudo ganar porque, si bien los periodistas tal vez no sean dueños de los medios, siguen manejando las redacciones.
A Duarte Frutos le duele la paliza que le ha dado la prensa. Y sabe que en épocas electorales, los medios, en su afán de mostrar a la gente lo que tiene enfrente, es capaz de lanzar municiones pesadas sobre todo para quienes ostentan el poder. Esa es la realidad.
Hoy más que nunca, dolido por su plan fallido, se siente obligado a atacar a la prensa. A tratar de molerla, intentando desprestigiarla ante la ciudadanía, a la que él le ha dado la espalda. Cuando deje el poder, le será difícil volver a la profesión que alguna vez dijo que ama. Tendrá que morir como político.
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